Hoy en día se vive en la realidad del “ego” donde, desgraciadamente, se
ha dejado atrás todo pensamiento de comunidad y de colectividad. Ahora
cada quien sólo se preocupa por sus bienes y necesidades personales. Ya
nadie se preocupa por el bienestar de la sociedad, se ha dejado a un
lado la ayuda, la cooperación y estas se han sustituido por la
competitividad, la lucha constante de tener o ser más que el otro.
Es
la sociedad, en general, quien es culpable de estas recientes actitudes
de egoísmo, y frialdad. Son los medios de comunicación, líderes de
opinión y demás imágenes a seguir quienes se han dedicado a hacer creer a
las personas que entre más tengan, más felices van a ser y lo que es
peor, que serán mejores o superiores a los demás. Es por eso que se ha
apartado todo sentimiento de colectividad y se ha intercambiado por una
necesidad de posesión y de superioridad.